La respuesta a esta pregunta depende del tipo de diente, del grado de infección de la pieza a extraer y del tejido óseo remanente. Si es un diente anterior (incisivo, canino o premolar), las raíces son más estrechas y si hay hueso residual suficiente para fijar el implante, en la mayor parte de los casos podemos extraer la raíz y colocar el implante en el mismo momento.
Este procedimiento puede llevarse a cabo de forma paralela siempre y cuando la infección no sea muy grande y hayamos limpiado previamente los restos de infección.
En el caso de los molares o de que haya una gran infección en uno de los dientes anteriores habrá que esperar más tiempo. Es decir, habrá que extraer y esperar a que cure la infección o bien extraer y esperar a que se regenere el hueso que deja el alveolo después de la extracción. El periodo de espera puede variar de 1 a 3 meses según el caso.
La razón de no poder realizar el procedimiento de forma paralela, se debe a la discrepancia en el tamaño entre el implante y las raíces del molar, siendo mayor la raíz del diente natural que el diámetro del implante a reponer. Por tanto, el implante no tendrá suficiente estabilidad inicial, para poder ser insertado en el mismo momento en el que hacemos la extracción y se podría perder.