Aunque pueden estar fabricados con distintos materiales, la mayoría de los implantes que se colocan están fabricados con titanio o mediante una aleación de titanio.
El titanio es un metal que lleva utilizándose muchos años en Implantología y que se caracteriza por ofrecer unos resultados extremadamente fiables.
Entre sus cualidades se puede destacar que es muy resistente a la corrosión, es ligero, biocompatible y cuenta con una gran capacidad de integración en el cuerpo humano.
Sin embargo, en los últimos años se han comenzado a utilizar los implantes de zirconio. Aunque a priori el zirconio tiene características similares al titanio, su uso no se ha extendido tanto.
El zirconio también es biocompatible, resiste a la corrosión, no es sensible a la temperatura, es blanco y no presenta reacciones alérgicas. Sin embargo, los estudios sobre su supervivencia a largo plazo aún son limitados.