La tasa de éxito de los implantes dentales es de en torno al 98%, para condiciones de huesos normales e ideales. Sin embargo, personas propensas a padecer enfermedad periodontal, o que padezcan diabetes no controlada o con problemas en sus huesos que necesiten injerto, pueden ver esta tasa reducida.
Por su parte, el tabaco es uno de los principales factores que afectan negativamente al tratamiento con implantes. Los fumadores que no prescindan (en la medida de lo posible) de su hábito durante el periodo de oseointegración del implante, también pueden ver las posibilidades de éxito de la intervención bastante disminuidas.