Si la diabetes está controlada, esta enfermedad no es una contraindicación para someterse a un tratamiento con implantes. Sin embargo, es necesario tratar este tema con el profesional que vaya a realizar la intervención para que determine si es aconsejable tomar alguna precaución adicional y examen de salud como la hemoglobina glicosilada.
Por ejemplo, el cirujano puede determinar la necesidad de recetar antibióticos para evitar el riesgo de infección tras la intervención.