Cuando se pierde un implante dental, ya sea debido a un problema en el periodo de oseointegración, o tiempo después, debido a problemas relacionados con el sarro, infecciones o a sobrecargas oclusales, el procedimiento habitual es el de acudir a un profesional en el menor periodo de tiempo posible.
El implantólogo determinará la causa de la pérdida del implante y tras realizar una valoración, se regenerará la zona del hueso afectada, y se volverá a colocar un nuevo implante dental. Tras los 3-6 meses requeridos para la cicatrización del implante en el hueso, se podrá volver a colocar la corona que llevaba el paciente.