A partir de los 18 años, en general, cualquier persona es buen candidato para ponerse implantes. Existen, sin embargo, algunas enfermedades que, aunque no estén contraindicadas, requieren un mayor control para conseguir un resultado satisfactorio en la intervención.
Es así en el caso de los diabéticos (que pueden necesitar más tiempo para conseguir una correcta osteointegración), de personas que toman bifosfonatos o anticoagulantes, o pacientes que tengan enfermedades cardiovasculares.
En estos casos, es necesario consultar con el implantólogo antes de realizar la cirugía. En el caso de las mujeres embarazadas, podrían presentarse contraindicaciones, no por la intervención para colocar los implantes, sino por las complicaciones potenciales que se pueden presentar con la toma de antibióticos o antiinflamatorios. Es por ello que no se recomienda la realización de una cirugía oral durante el embarazo.