La sedación está especialmente indicada para los pacientes que sienten miedo ante el tratamiento dental, ya que permite que permanezcan semiconscientes y relajados durante toda la intervención.
Para aplicar la sedación consciente es necesario disponer de un pabellón de cirugía bien equipado y de la presencia de un anestesista. Éste monitorizará los signos vitales del paciente, administrará el grado de sedación adecuado por vía intravenosa y supervisará el curso del procedimiento.